Un santo en Bercianos

5 julio, 2011

Padre SerapioUn pueblo pequeño como Bercianos del Real Camino no tiene muchas personalidades ilustres, pero hoy vamos a hablar de alguien que ofreció toda su vida a los demás. Una persona que por sus hechos debería tener el reconocimiento de «Santo», y no sólo de palabra, sino que hay un movimiento detrás de su persona para conseguir la beatificación del Padre Serapio, natural de Bercianos del Real Camino.

Algunos datos de su vida:

Padre Serapio Rivero Nicolás ( 14 de Noviembre de 1917 – 24 de Noviembre de 2002)

«Nace el P. Serapio Rivero en Bercianos del Real Camino, León, siendo sus padres, Juan y Victoriana. Ingresa al noviciado en Valladolid en 1933 y realiza su primera profesión en 1934. La guerra civil interrumpe sus estudios eclesiásticos que alternara entre Valladolid y el Real Monasterio de El Escorial donde los culminará en 1941, profesando de votos solemnes el 20 de septiembre de 1941. Es ordenado de sacerdote el 21 de marzo de 1942 en Madrid.

En 1943 el P. Serapio Rivero, «Riverito» para los amigos, que lo éramos todos, había sido destinado a Iquitos, por lo que había recibido el crucifijo de misionero en le Basílica de la Virgen del Pilar, en Zaragoza. Pero al llegar al Perú, es destinado al Seminario que tenían los Agustinos en Chancay

Pasados unos meses le trasladan a la comunidad de Chosica donde vive al servicio de Dios y de su pueblo querido hasta el final de sus días. Su labor pastoral la desarrolla en dos campos: la parroquia y la educación.

Casi treinta años como capellán de las Religiosas Salesianas de Chosica, Vicario Parroquial de nuestras parroquias de San Fernando (Chosica), pero, sobre todo, de Santo Toribio de Mogrovejo, Iglesia principal de la Villa del Sol. A varias generaciones ha bautizado, ha dado la primera comunión, ha casado y ha ayudado a bien morir. Conocía a cada uno de sus parroquianos y se le veía rodeado de personas sencillas. Largos años transcurrió celebrando la misa vespertina, previo rezo del Santo Rosario, confesiones y siempre la homilía diaria: directa, practica y adaptada a tantas gentes humildes que le acompañaban.

Casi toda su vida transcurrió en el aula, patios y capilla del Colegio Santa Rosa de Chosica. Sus fuertes eran los cursor de Religión y Geografía práctica, y sobre todo, la Astronomía. Era un apóstol de la buena Prensa. Las fotocopiadoras y sus operadoras agradecen al P. Rivero por la constancia en difundir el mensaje de Cristo. En los patios repartía revistas, copias de devocionarios y oraciones y estampas.

Siempre rodeado de jóvenes a quienes, mas de una vez, perdonaba el castigo a cambio de una revista «Aguiluchos», «Misión sin Fronteras», etc.

Todos intuían en él al hombre recto, al que no se casaba con la doblez ni la mentira, al hombre que se percataba de todo, se sonreía de mucho y rechazaba con firmeza cuanto veía censurable. En su rostro, preocupado, pero alegre con su suerte siempre, es decir, contento con Cristo que lo llamo de pequeño. Seco en el decir, sin florituras, pero con tan sincero cariño y amor apostólico, que nadie puede enfadarse con el. Enamorado de su sacerdocio, loco por la Señora y por un puñado de santos Agustinos e insistentemente pendiente de los Seminaristas de la Provincia Ntra. Sra. De Gracia de Perú.

En el cementerio le aclamaban a viva voz: «Hasta pronto P. Riverito». Por tres veces se oyó este clamor, y también «el P. Rivero, Santo». Un religioso agustino, ya de edad, y que ha asistido al entierro de muchos religiosos comentaba: «Nunca he sentido, como ahora, la certeza de que los restos que sepultamos, pertenecen a un santo».

En Chosica le conocían todos y ahora se encomiendan a el niños y viejos. Era tan evidente que era un hombre de Dios que le están brotando pedigüeños por doquier, para que interceda por ellos ante el Señor. Y parece que no lo esta haciendo tan mal, porque ya se comenta que tiene vara alta para convencer a Dios Padre.

Desde la serenidad y paz de ver todo claro en la diafanidad de Dios, no te olvides de nosotros, P. Riverito.»

Por P. Senén Gonález Martín», Agustino.

Referencias:


Leyenda de la Laguna

7 junio, 2011

La Laguna de Bercianos, también conocida como “Laguna Grande” tiene su propia historia, o leyenda, según se quiera considerar. Historia sangrienta contada por trovadores. Aquí transcribo el romance proporcionado por Fernando Borlán Rodríguez y cantado por los juglares y trovadores de la época.

ROMANCE DE LA LAGUNA DE BERCIANOS

Esta historia sucedió
en el pueblo de Bercianos.

Juglares y trovadores
del Camino de Santiago
supieron de este suceso
y en sus versos lo cantaron.

Ocurrió hace mucho tiempo,
sucedió hace muchos años
cuando en guerras peleaban
leoneses y castellanos.

De Aragón y de Castilla
trajo tropas Gerinaldo
guerrero cruel y fiero
que por sus reyes mandado
quiso pasar a cuchillo
a los hombres de Bercianos.

Era una noche terrible
de truenos y de relámpagos
que acuchillaban el cielo
con el furor de sus rayos.

Las espadas relucían
entre ensangrentadas manos
dejando un largo sendero
de muerte dolor y llanto.

El viento, lobo furioso,
iba arañando los álamos
y con aullidos terribles
hacía temblar los campos.

Los hombres y las mujeres,
los niños y los ancianos,
inermes y sin defensa
se escapaban aterrados.

Corrían por los caminos
por sendas y descampados.
La noche inclemente y negra
puso en sus ojos un paño
y no sabían por donde
se dirigían sus pasos.

Llegaron a la Laguna
sin saber como llegaron
y por las fauces del agua
pronto fueron devorados.

Allí quedaron sus cuerpos
sepultados en el fango
pero sus almas aun viven
en el vuelo de los pájaros
almas que vagan dolientes
a través de tantos años.

Las tencas velan sus cuerpos,
sus almas los alavancos.
Puso el alba en la mañana
sobre la tierra un sudario
y a los que quedaron vivos
de aquella noche de espanto
la Virgen de los Perales
los protegió con su manto.

Y cuando mueren las aves
heridas por los disparos
se oyen los gritos de aquellos
que en la laguna quedaron
y se liberan las almas
prisioneras tantos años.

La leyenda no se ha muerto
y se sigue recordando,
leyenda de la laguna,
la laguna de Bercianos.

Por: Fernando Borlán Rodríguez (Gallegillos).
16 de Julio de 2004.


Origen del pueblo de Bercianos

3 mayo, 2011

Iglesia antigua

El nombre original del pueblo es: “Bercianos del Real Camino Francés”, aunque posteriormente perdió el apellido “Francés”. Su nombre hace referencia tanto al “Bierzo” como al “Camino de Santiago” que pasa por la localidad.

El nombre de Bercianos del Real Camino Francés indica la procedencia de los primeros pobladores: una colonia del Bierzo leonés. Los documentos más antiguos que mencionan la existencia de Bercianos del Real Camino, datan del año 950 o antes. Resulta que alrededor del 950, Álvaro Velaz, temeroso del diablo y del juicio final (“diaboli timens et diem iudicii terriblem tremens”) dona al monasterio de Sahagún, en búsqueda de la remisión de sus pecados (“ut merear peccatorum meorum remissio”), la “Villa Mayor” ubicada en Valdejuara (“Val de Iuvara”) que hace colindancia con el Monte Cañizal y el “Valle de Berzianos”.

En otro documento del 963 se hace referencia a una donación otorgada por el presbítero Sisebuto, Abderrahen, Gaquí y otros, en favor de don Fáfila y su mujer doña Palla, de la Villa de Bercianos. Posteriormente, doña Palla ofrece, en remisión de sus pecados y por la salvación de su difunto esposo y padre Fáfila, la Villa de Bercianos al Monasterio de Sahagún.

En sus orígenes, la historia de Bercianos es inseparable de la de Sahagún. La antigua ciudad romana de Camata fue destruida por los musulmanes en el año 833 y Alfonso III mandó construir el antiguo santuario, que se llamó «Sanç Facund», nombre que fue derivando hasta el de Sahagún y de S.Primitivo. Las peregrinaciones fueron dando importancia y enriqueciendo el lugar hasta su época de florecimiento, ya con el nombre de S. Benito de Sahagún. Alfonso VI, que está enterrado en el citado Monasterio, junto sus respectivas esposas, permitió la reforma cluniacense, y a partir de entonces un enjambre de clérigos y prelados franceses ocuparon la abadía. Su importancia fue aumentando, hasta que en 1.085 los clérigos solicitaron a Alfonso VI el famoso » Fuero de la villa», en el que confirmaba el poder absoluto del abad sobre la comarca. La concesión del Fuero dio lugar a un impresionante desarrollo de la abadía, que se vio enriquecida por multitud de monjes y monasterios dependientes de ella.


Adiós a San Salvador

2 octubre, 2010

Ruinas de la Iglesia


Nuestra querida iglesia dice adiós para siempre, o para casi siempre, ya que es difícil borrar de nuestras mentes su imagen y la de su majestuosa torre, como difícil es que desaparezcan los cientos de cuadros en los que ha sido reflejada, y los cientos de fotografías en los que aparece.

La Iglesia de San Salvador data del año 1430. Albergaba una talla Renacentista de San Juan Bautista y una pintura del calvario así como el sepulcro de la Señora de Bercianos, fundadora del pueblo. Su majestuosa torre, de más de 30 metros de altura, de las más altas de toda la comarca, servía de referente, ya que era visible desde todos los pueblos de alrededor.

San Salvador fue durante muchos años testigo de las fiestas patronales. Inicialmente las fiestas del pueblo se celebraban en honor a San Salvador, 6 de Agosto, posteriormente se trasladó la fecha al 8 de Septiembre, para festejar a la patrona, la Virgen de Perales. Este cambio se realizó porque la gente del pueblo, dedicada en su mayoría a la agricultura y ganadería, tenía mucho trabajo en Agosto, siendo más aconsejable la fiesta en Septiembre, cuando las labores del campo (excepto la vendimia) ya estaban finalizadas.

El lunes 8 de Junio de 1998 a las once y media de la mañana, la torre de la iglesia de treinta metros de altura, se desplomó. La torre ya tenía grietas visibles desde hacía tiempo, y se había dejado de oficiar misa en la misma desde Febrero de ese mismo año porque se temía por su integridad. Los cimientos asentados sobre unas bodegas, parecen ser la causa de la caída. El momento fue inmortalizado por un vecino del pueblo que llevaba su cámara de fotos en el momento de la fatídica caída.

Torre cayendo

La fatalidad quiso, que al día siguiente, el ciudadano alemán, Manfred Kress, de 60 años, falleciera de un infarto haciendo el Camino de Santiago, a pocos metros antes de llegar al pueblo.

Ante la dificultad de restaurar y mantener una iglesia asentada sobre bodegas, las autoridades prefirieron subvencionar la construcción de una nueva antes que mantener la actual. Esto propició el abandono de la misma y su posterior deterioro paulatino. La nueva iglesia, aún en construcción, está situada en la era, en la entrada del pueblo por la autovía.

El 6 de Agosto de 2010 (San Salvador casualmente), 12 años 2 meses y 2 días después de la caída de la torre, comienzan las tareas de derrumbe. Se pretende dejar el arco de la puerta principal de entrada con una placa a modo conmemorativo de lo que un día existió en ese lugar.

Descanse en paz. Tus apenados vecinos nunca te olvidarán.

Iglesia